Fue construido en el año 1943, por la firma Sequalino Hnos., de la ciudad de Rosario. Es el primero de su tipo fabricado en el país, y el de mayor valor artístico por el encanto de sus figuras y decorados en madera, labor del tallista italiano Antonio Ríspoli, inspirada en ilustraciones del dibujante Rodolfo Dan.
Es el único en poseer un órgano mecánico neumático accionado eléctricamente, motorizado de 48 teclas y 180 tubos, obra del ingenio de los hermanos Pascual y Vicente La Salvia, integrantes de la sociedad que proyectó el carrousel y encargó su construcción.
La parte exterior del órganito posee muñecos que se mueven, a instancias del aire y el ritmo de la música haciendo sonar una campanitas.
Tiene la vuelta más larga del país y desparrama arte popular. En su cielo, las constelaciones que forman el zodíaco, y en su centro, tallados a mano, doce biombos de cedro policromados que representan escenas circenses y relieves que relatan el cuento de “los tres chanchitos y el lobo”.
Sobre la plataforma de madera giratoria se encuentran los caballos, leones, autos, bancos, de madera tallada y con sistema de sube y baja, que es lo que distingue al carrusel entre las calesitas (que tienen las figuras estáticas).
En los tirantes de madera que forman el techo también se han diseñado tallas. La cubierta está compuesta por paneles de madera terciada y la terminación está dada por una cenefa metálica con remates curvos y medallones con pinturas de animales.
Acompaña la calesita un portal de entrada de ladrillo y tejas donde se encuentra un arco de madera tallada con arabescos y motivos circenses y la leyenda «Primer Carrusel Argentino».
Funcionó en el Jardín Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires de 1945 a 1979. El cine y la televisión lo han distinguido, luciendo su belleza y su nostálgica “musiquita” en importantes producciones.
En el año 1979 Carlos Miramont era presidente del Club Leones y tuvo encomendado conseguir una calesita para Ayacucho que no había, y compró el Primer Carrusel Argentino, la calesita en generales decimos, más importante del país.
Fue adquirido por el Club de Leones de Ayacucho, a su entonces propietario don Omar Manuel Lema, que había quedado ciego por una pérdida retina, y el suegro le había comprado la calesita en el año 1954, a los que estaban instalados en el zoológico, a los La Salvia, se la compró como modo de vida para este señor. Tuvo familia, los chicos estudiaron, profesionales. Vivió de ésta calesita en el zoológico de 1954 a 1979. A Lema lo que le interesaba era que la calesita perdurará, y sobre todo el organito, cuya música una vez dijo por teléfono, la tenía permanentemente presente.
Fue instalado en forma provisoria en el antiguo predio ferial de la Sociedad Rural de Ayacucho. Totalmente restaurado, desde febrero de 1996 se encuentra ubicado en el centro de la ciudad dentro del Parque Infantil del predio perteneciente al Club de Leones, constituyendo la principal atracción del público infantil.
La reparación del organito y piezas en madera del carrousel estuvo a cargo de Rodolfo Piris y su hijo Martín, con el apoyo en herrería de Raúl Etcheverry. La pintura total al óleo, respetando la policromía original, fue realizada por el profesor Juan Carlos Giovinazzo, Susana Coussement de Miramont, María Elena Landagaray, Ana María Carabetta, Nancy Vargas y Alicia Girado de Tiberio.
Fue declarado «Patrimonio de Interés Histórico y Cultural de Ayacucho» por el H. Concejo Deliberante local y declarado «Patrimonio Histórico Cultural» de la Provincia de Buenos Aires por la H. Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, por Ley Provincial nº 12.519/00 del 28 de setiembre de 2000, en los términos de la Ley Provincial nº 10.419/86.
El calesitero durante 21 años fue don Carmelo Cípolla, jubilado maquinita del F.N.G. Roca, que en nota a la Revista La Nación dijo: “Para mi manejar la calesita es el sueño del pibe. Cuando éramos chicos nos desesperábamos por ver como operaba el calesitero. Era una cosa misteriosa, como de cuentos. Tanto me enamoré de esta calesita que le hice unos versos»…
Al ver este carrousel,
los recuerdos no los puedo olvidar jamás,
de aquel carrousel que ya no rueda más,
pero este carrousel está contento
y Don Carmelo también lo está,
viendo llegar a los chicos
del brazo de la abuela y de papá y mamá.
Desde el año 2000 y hasta la actualidad, don Vicente Francisco Monte se encuentra al frente del Primer Carrousel Argentino.
REVISTA LA NACIÓN, EDICIÓN 31/05/1998:
Historia de los organitos de Buenos Aires y del Primer Carroussel Argentino.